viernes, 19 de septiembre de 2008

ANTARES por Maurice Blanchard


[Maurice Blanchard(1890-1960), poeta y aviador francés, escribía desde los 8 años pero cuando descubrió el surrealismo su poesía cambió radicalmente. A partir de ahí produjo algunos de los poemas en prosa más bellos de las letras francesas. Sólo fue surrealista en su lenguaje poético pues nunca militó en el movimiento iniciado por Breton. De carácter solitario, no tuvo ningún afán de notoriedad literaria, de hecho jamás mandó escritos suyos a editoriales o revistas. Tampoco se daba mucha prisa en publicar: cuando su primer libro (Malebolge) vio la luz, Blanchard tenía 44 años. Todo un ejemplo a seguir, antítesis de las actitudes exhibicionistas que pueblan el yerto parnasillo actual.]



Inmenso es el corazón del Escorpión. Allí está en su prisión, encadenado al dardo y al veneno. Allí está en esta arena inflamada, junto a la sed del desierto, en su mano de sílex para las caídas del abismo.

Allí está con sus troneras y buhardas, para la vida y para la muerte, para la lluvia y el buen tiempo. ¡Qué inmenso era entonces el deseo!

Pero veamos, ¿dónde me encuentro exactamente? ¿En el deseo o en el desierto? ¿Estoy en la humareda de la noche de junio? ¿Estoy en una selva en marcha? ¿Estoy en la caldera del cielo que hierve sus serpientes entrelazadas en el abismo del horizonte?

El Escorpión zozobró en el furor y creo que nadie, aquí, podría ordenar sus cordajes después de semejante tempestad, y además habría que saber si estaba el deseo en mi sangre o era mi sangre la que estaba en el deseo.


El brillo de Antares, el corazón del escorpión.