miércoles, 10 de febrero de 2010

EL TRUCO DEL MARFIL por Raymond Queneau



[Raymond Queneau (El Havre, 21 de febrero de 1903 – 25 de octubre de 1976) fue un poeta y novelista francés. Graduado en 1919 en latín y griego, se trasladó a estudiar en la Sorbona de París donde estudió tanto matemáticas como letras. Se graduó en filosofía y psicología. Ahí se sintió atraído por el movimiento surrealista. Después de un viaje a Grecia en 1932, empezó a reflexionar sobre las divergencias existentes entre las lenguas habladas y las lenguas escritas, divergencia evidente en el griego pero también en el francés. Estas reflexiones las plasmó en diversos artículos sobre el "neofrancés" y las utilizó en sus novelas. Escribió su primera novela Le Chiendent, publicada en 1933. Vivió de su trabajo como periodista, realizando pequeños trabajos, y luego, a partir de 1938, de su colaboración con la editorial Gallimard en la que fue traductor, lector, miembro del comité de lectura, etc. En 1947 se publicaron sus Exercices de Style. Fue también el inicio de las primeras publicaciones que realizó bajo el pseudónimo de Sally Mara, imitando al Vernon Sullivan de su amigo Boris Vian y que le valió diversos problemas con la censura. Tras la liberación, frecuentó también los medios de Saint-Germain-des-Prés. Su poema Si tu t'imagines, musicado por Joseph Kosma por iniciativa de Jean-Paul Sartre, fue un gran éxito de Juliette Gréco. Otros de sus poemas fueron interpretados por el cuarteto vocal Les Frères Jacques. Escribió libretos para comedias musicales y los diálogos de diversas películas como Monsieur Ripois realizada por René Clément. En 1950, entró en el Colegio de Patafísica y en 1951 en la Academia Goncourt.En 1959 publicó Zazie dans le Métro, novela que reveló a Queneau al gran público. Años más tarde, Louis Malle realizó una película basada en esta novela.Amante de las ciencias (en 1948 entró en la Sociedad Matemática de Francia), Raymon Queneau siempre intentó aplicar normas aritméticas en la construcción de sus obras. Con motivo de un coloquio, fundó en 1960, junto a François Le Lionnais, un grupo de investigación literaria y científica que se convirtió en el Oulipo.

(Extraído de
Wikipedia)]


Al abrigo de las encinas plagadas de bichos
Encinas plagadas de los bichos de la muerte
Sombra violeta que separa la caducidad de los horizontes
A partir del nacimiento del hombre
No se dicta justicia al abrigo de los árboles
Pues la justicia es una lechuza
Que berrea de noche para adormecer las habitaciones llenas de amor
Habitaciones mortales con niños recién nacidos
Que se disfraza para tender una mano malsana
A los pobres asustados por la negrura de las paredes
Los carceleros enrojecen de alegría al chupar los grilletes
Más helados que campanario de iglesia
La muchedumbre se precipita como era previsible hacia los llamados bailes populares
La justicia la justicia
Acabará al fin por sofocarse tosiendo
Gato perdido en una acera pringosa
Ventana lamentable que sólo se abre para apagarse
Las luces que se rozan a lo largo de los cuerpos imprevisores
Preguntan el camino llorando a lo largo de los reverberos
En tanto que los agentes se vuelven calvos
y los vitrales de las capillas se reducen a nada
Bajo la presión de las manos húmedas de las mujeres que nunca fueron vírgenes
Y para quienes toda calle fue una misma pasión
Si preguntan el camino nadie contestará
Hombros exilados en las noches sin término
Semblantes de sombras estranguladas
Hay estrellas que brotan como chispas de las olas lejanas
Llueve hasta quedar sin aliento
Un gavilán brinca danzarín desorientado
El espacio se mueve ágilmente por sobre las florestas metálicas
De donde levantan vuelo cuervos melódicos de helados destinos
Más allá de la rápida palpitación de los páramos
Clavados al suelo por los menhires
Espantajos de nubes esbozadas o moribundas
Más allá de la virginidad sin brillo de los desiertos donde se acuesta el sol
El tedio de este día se ha sentado
Tan cubierto de segundos como un sacerdote de piojos
La osamenta de esos monstruos acaba de derrumbarse
y de su polvo salen volando pájaros blancos y dorados
Alegría de las plumas velocidad de las alas
Arrastran joyas evadidas de los ojos de las enamoradas
Llamas exaltadas nucas transparentes
Senos suavísimos torsos de estrellas
Vigilantes guardianes del alba acariciante
AIba cristalina alba perpetua
Pantera de pelo azul
El amor nace en los encuentros un pulpo devora el arco iris
Un mochuelo perfumado cobija en sus alas
A los fantasmas irónicos y a los amigos del crimen
Las ennegrecidas pendientes del deber se desmenuzan con el temblor de la fatiga
Una vez más el crepúsculo se derrama en la noche
Después de haber escrito en los muros SE PROHÍBE NO SOÑAR.


(Traducción de Aldo Pellegrini)

martes, 9 de febrero de 2010

EL RITO MECÁNICO DEL PÁJARO PÍ (fragmento) por Eugenio Granell


[Eugenio Granell (La Coruña; 1912- Madrid, 2001), fue un pintor español del siglo XX. Estudió el bachillerato en Santiago de Compostela y se trasladó a Madrid a finales de la década de los veinte, para continuar su vocación musical. Falleció en 2001. Acude a tertulias en el Madrid republicano y conoce a las principales figuras literarias, inclusive a Valle-Inclán. En el periodo derechista de la República es detenido, pasa varios meses en la Cárcel Modelo de Madrid. Se integra en el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista). Durante la contienda, como militante republicano, es destinado a Valencia y Cataluña. Más tarde pasará al frente de Aragón. La derrota republicana en la guerra civil le lleva al exilio. En Francia vive los campos de concentración, de algunos de los cuales consiguió fugarse. Conoce la invasión nazi. Consigue viajar a América en la diáspora republicana, con recuerdos de escritores como Orwell y Peret, que ha conocido. Se unirá a las corrientes surrealistas, y llegará a exponer con Max Ernst, Wifredo Lam y otros de ese movimiento, no las conocía antes de concluir la guerra sino por referencias del orensano Cándido Fernández Mazas. Se vincula a esos modos de expresión plástica cuando se encuentra en el Caribe, en Santo Domingo. Destaca tan pronto, que su primer gran cuadro lo adquiere el Museo de Arte Moderno de Nueva York. Conoce a los grandes surrealistas franceses, incluido el «papa» André Breton. La dictadura del general Rafael Leónidas Trujillo le invita a cambiar de isla, y marcha a Puerto Rico, donde establece contactos con intelectuales exiliados, como Juan Ramón Jiménez, Federico de Onís, Américo Castro. Nuevo salto, a Estados Unidos; en concreto a Nueva York, donde es profesor algunos años, hasta jubilarse como emérito del Brooklin College, tras doctorarse. Algunas de sus obras literarias se reeditan en España, como «Lo que sucedió...», que había obtenido el premio Don Quijote en 1967. Regresa con fama bien asentada de pintor, y sus exposiciones se suceden en España, con grandes elogios de la crítica. Exposiciones monumentales de su obra son las que se realizan en A Coruña y en el Centro Cultural de Caixavigo. Su obra está en museos de todo el mundo. Guarda escritos y testimonios de André Breton, Juan Ramón Jiménez, Jorge Guillén, Miró, Pablo Neruda, Salvador Dalí, Pablo Picasso. La pintura es cromatismo, en carmines, verdes, azules, negros, está dicho en siluetas perfectamente delimitadas, y sobre fondos contrastantes. Algo, y no poco, queda de las expresiones de Alberto Sánchez, con Julio González, innovador de formas que ha conocido este siglo. Considerado por muchos como el ultimo de los maestro del surrealismo base, Eugenio Fernández Granell fallece en Madrid en octubre de 2001. La Xunta de Galicia le concede a título póstumo la Medalla de Oro de Galicia 2001 por su trayectoria en el mundo de las artes.

Extraído de Wikipedia]




El dolor agudísimo me hizo comprender que estaba soñando. Lo cierto es que yo formaba parte del antiguo cimiento de aquel templo devorado por ramas y raíces. Era el templo al cual solo ella puede penetrar, por el orificio de la gran piedra redonda hundiendo la cabeza en el ácido racimo donde engrasa su pico el águila nocturna.
A eso es a lo que los brujos de la tribu Chicak denominan el espasmo de la nube incandescente. Yo no sé. Pero ella, seca de sed de amor, divisó el aleteo circular del Pájaro Pí.
El Pájaro Pí con membranas de aceite de cacao.
El Pájaro Pí con antorchas de sabután trenzado.
El Pájaro Pí, que inocula chicha en las membranas de las hojas secas.
El Pájaro Pí, portero del canal que conduce a la selva.
El Pájaro Pí, coronado de silencios en punta.
Con una sola pluma, aunque sea muy tierna, el Pájaro Pí borra todas las huellas.
El Pájaro Pí, sedante.
A veces, el Pájaro Pí es grandioso y cálido como el rumor que emana del rocío.
El Pájaro Pí, tan amable, cuidó nuestro caballo. Oh, gran Pájaro Pí, el caballo era un montoncito de granuladas. Sus cuatro patas, buen Pájaro Pí, eran cuatro raíces. Oh, Pájaro Pí de raíces aladas. Sus crines, las diminutas plumas del Pájaro Pí mismo.
El Pájaro Pí aulló y se desplumó.
Sólo fauces, el Pájaro Pí.
El Pájaro Pí, temblequeo de flechas y semillas.
No; el Pájaro Pí era –esto es lo que era verdaderamente–, era el húmedo
secreto de la selva.


(Extraído de
Poemas surrealistas.)