martes, 18 de diciembre de 2012

A ANTONIN ARTAUD por Mário Cesariny

[Mario Cesariny, impulsor del surrealismo luso

El Mundo, 26/11/2006

LISBOA.- El poeta y pintor portugués Mario Cesariny, considerado el impulsor del surrealismo luso, falleció el 26 de noviembre a los 83 años en su residencia lisboeta.

Cesariny se formó en la Academia de La Grande Chaumiere, en París, donde conoció a André Bretón, uno de los padres del movimiento surrealista francés, en 1947.

Se identificó de inmediato con las propuestas de ese movimiento y ese mismo año formó el Grupo Surrealista de Lisboa.

El humor, y en ocasiones el recurso a lo absurdo, son trazos de la obra de Cesariny, a veces de una ironía violenta, que incide sobre figuras y mitos consagrados de la cultura portuguesa y occidental.

Entre las obras poéticas de Cesariny figuran 'Corpo Visível' (1950), 'Um auto para Jerusalém' (1964) y 'Burlescas Teóricas e Sentimentais' (1972). En el ámbito de la literatura de ficción publicó 'Titania' (1994).

Los críticos consideran que en su libro 'Corpo Visível' se destacan las características surrealistas, aunque en obras anteriores se acercó a la denuncia social.

"La poesía fue un fuego muy grande que ardió. Después quedaron las cenizas. No soy capaz de escribir versos porque sí. Se acabó", dijo Cesariny en un documental titulado "Autografía" (título de uno de sus poemas) y que fue realizado en 2004, el único que aborda su vida y obra.

El poeta luso defendía que se puede morir de amor, pero también consideraba que "se puede morir por falta de amor".

Acerca de su obra sobre la temática del surrealismo destacan 'A intervensao surrealista' (1958), 'Do surrealismo e da pintura' (1967) y otro libro dedicado a estudiar la obra de los pintores Arpad Szénes y Vieira da Silva.]

Mário Cesariny


I.

Habrá gente con nombres que les caigan bien.
No así yo.
Cada vez que alguien me llama Mário
cada vez que alguien me llama Cesariny
cada vez que alguien me llama de Vasconcelos
se produce en mí una contracción en los dientes
hay contra mí una imposición violenta
una cuchillada atroz por atrozmente desleal.
¿Cómo así Mario, cómo así Cesariny, cómo así, oh dios mío de Vasconcelos?
¿Por qué quieren introducir en mi cuerpo
una caricatura a todas luces extraña?
Qué andaban haciendo por entonces los curas en los baptisterios
para que yo recibiese en plena cara semejante haz de estructuras
tan incalificables como inadecuadas
al acto en mí solo como la vida puro
yo no sé de vosotros yo no tengo en las manos yo vomito yo no quiero
yo nunca me he adherido a las comodidades prácticas  de clavar con clavos
las partes      más vulnerables      de la materia

Yo estoy solo en este avance
de cuerpos
contra cuerpos
Inexplicables.

Mi nombre si existe debe escrito en algún lugar "tenebroso y cantante" suficientemente helado y horrible
para que sea imposible encontrarlo
sin de alguna manera encaminarse por la carretera
del Valor
porque a este respecto -creo que digo bien-
ninguna garantía de lectura gratis
se ofrece al viandante.

Por otro lado, si yo tuviese un nombre
un nombre que fuese      verdaderamente      mi nombre
eso provocaría
calamidades terribles
como un temblor de tierra
dentro de la piel de las cosas
de los astros
de las cosas
de las heces
de las cosas.



II.

Habrá una edad para nombres que no sean éstos
habrá una edad para nombres
puros
nombres que magneticen
constelaciones
puras
que hagan irrumpir en los nervios y en los huesos
de los amantes
inexplicables construcciones radiantes
prontas a circular entre el hollín
de dos bocas
puras

Ah no será el esperma torrencial diuturno
ni la locura de los sabios      ni la razón de nadie.
No será incluso quién sabe      oh único maestro vivo
el fin de la pavorosa danza de los cuerpos
donde pontificaste      el martillo en la mano

Pero habrá una edad en que serán olvidados por completo
los grandes nombres opacos que hoy damos a las cosas.

Habrá
un despertar.


                                                                                             De Pena capital



Óleo de Mario Cesariny