miércoles, 3 de diciembre de 2014

ÚLTIMA DELICIA SURREALISTA 2014: NADJA, LA BELLEZA CONVULSA

El próximo jueves 11 de diciembre, a las 20:30 horas en La Delicia de Leer (Juan Agapito y Revilla 10 de Valladolid) tendrá lugar la última Delicia Surrealista del año que acaba.  Y por designio del piojo eléctrico esta última sesión del 2014 se enlaza con la primera sesión, que tuvo lugar el primer jueves del mes de mayo y trató sobre  “André Breton, por supuesto o el automatismo como inspiración“.

“La Flor de los amantes” (dibujo de Nadja)

Sobre Nadja se ha escrito mucho y variado, desde que André Breton lo escribiera en 1928, y revisara posteriormente en 1962. El texto, por fortuna no demasiado largo, aunque no precisamente de lectura fácil, comienza con una interrogación socrática:

“¿Quién soy yo? Como excepción podría guiarme por un aforismo: en tal caso ¿por qué no podría resumirse todo únicamente en saber a quién “frecuento”? Debo confesar que este último término me desorienta puesto que me hace admitir que entre algunos seres y yo se establecen unas relaciones más peculiares, más inevitables, más inquietantes de lo que yo podía suponer.”

Y finaliza con una máxima, principio o fórmula metapoética:

“Un poco en cualquier dominio, el entendimiento se atribuye derechos que no posee. La belleza, ni dinámica ni estática. El corazón humano, hermoso como un sismógrafo. Majestad del silencio… (…) La belleza será convulsiva o no será.”

Entre el interrogante -que nos coloca en la intersubjetividad- y el enérgico aforismo final – que quiere resumir un proceso de creación vital- hay un encuentro fortuito que es indagación y una investigación que es deslumbramiento circunstancial, cuajado todo ello de disgresiones políticas, estéticas y psicológicas, de crónica documental (dos meses conversando con Nadja), y de ilustraciones y fotografías que son párrafos visuales de mismo texto. Todo ello nos invita a dejarnos mecer por la sorpresa, las conexiones de lo maravilloso, y el drama de su choque con la realidad.

“Un retrato simbólico suyo y mío…” (dibujo de Nadja)

Nadja no es propiamente novela, ni ensayo, ni documental, ni poesía, ni falta que le hace, pero al ser ciertamente un poco de todo ello, André Breton creó uno de los textos antiliterarios más germinales y radicales del siglo XX, que es una permanente invitación a hacer del arte, vida y del vivir una creación artística, contra todo orden, ley y jerarquía social, política o estética.

“Esta es la historia que, yo también, cedí al deseo de contarte a ti,cuando apenas te conocía, a ti que ya no puedes acordarte, pero que habiendo conocido el comienzo de este libro, como por azar, has influido en mí tan oportuna, tan violenta y tan eficazmente, sin duda para recordarme que lo deseaba “abierto como una puerta batiente” y que por esa puerta nunca vería, sin duda, entrar a nadie más que a ti. Entrar y salir más que a ti. A ti que, de todo lo que llevo dicho en esta obra, no habrás recibido más que un poco de lluvia en tu mano levantada hacia “los amaneceres”. A ti, que tanto me haces lamentar que haya escrito esa absurda e irrevocable frase sobre el amor, “tal y como sólo puede ser a toda prueba”. A ti que, para todos los que me escuchan, no debes ser una entidad sino una mujer, a ti que sobre todas las cosas eres una mujer, a pesar de todo lo que me ha influido y lo que me influye en ti para que te considere la Quimera. A ti que haces admirablemente todo lo que haces y cuyas espléndidas razones, que yo no considero en los confines de la locura, relampaguean y caen mortalmente como el rayo. A ti, la criatura más viva, que no pareces haber sido puesta en mi camino sino para que experimente en todo su rigor la fuerza de lo que conservas intacto en ti. A ti que sólo de oídas conoces el mal. A ti, claro está, idealmente bella. A ti, que todo conduce al alba y que, por eso mismo, quizás ya no vuelva a ver nunca más…”