martes, 1 de diciembre de 2015

DELICIA SURREALISTA: LA QUÊTE DE CIRLOT

Más allá de la luz está la oscuridad, una oscuridad visionaria tejida de símbolos y arcanos esotéricos que se desvela y se rev(b)ela contra la mezquina realidad del tiempo. Más allá de la miseria de la poesía, existe la vida-muerte como una formidable búsqueda -la quête- del grial de nosotros mismos. El ser y el no-ser, el amor sublime y el eterno retorno, la nostalgia de un Centro perdido como un castillo que llamea al final de un bosque entre la niebla. Y la soledad. Y el silencio.


Esa Quête fue la que emprendió en solitario Juan Eduardo Cirlot (Barcelona, 1916-1973), una de las figuras intelectuales más enigmáticas y atractivas en las cenizas de un país devastado, tierra yerma, asolada en los corazones y en la mente. De la mano de Alfonso Buñuel, Cirlot se iniciaría en el surrealismo de André Breton, del hilo de Marius Schneider penetraría en el simbolismo que le llevaría a un misticismo mágico, medieval, céltico y sufí. Cercano y lejano, contemporáneo y arcaico, Cirlot trenzó un arco imposible entre lo más moderno y lo más remoto, interesándose tanto por el estudio de las vanguardias surgidas en su tiempo -y de ahí su esplendido Diccionario de los ismos- o participando activamente en el grupo Dau al set, como imbuido por una poesía arqueológica donde el referente antiguo, de un tiempo que quizás nunca existió, pero que fue real, le llevó a escribir uno de los ciclos poéticos más deslumbrantes de un siglo al que él no pertenecía: Bronwyn.

Entre medias existe la alquimia de sus múltiple ensayos (El mundo del objeto a la luz del surrealismo, El espíritu abstracto desde la Prehistoria a la Edad Media, Diccionario de símbolos, etc, etc, etc), sus composiciones musicales dodecafónicas y sus textos permutatorios donde las aliteraciones y las atracciones visuales y sonoras construían una arquitectura poética en la que significantes y significados inauguraban una nueva lengua, terra ignota de su ánima.

La cita con Cirlot y su mundo será el próximo jueves 3 de diciembre a las 20.30 en la librería La Delicia de Leer en C/ Juan Agapito y Revilla, 10. Allí os espera la enigmática Bronwyn.



BRONWYN, I

A la que renace de las aguas

Las huellas de tus dedos
no se ven en las torres.

Pero yo leo sin descanso, en la soledad de la ermita junto
al mar
los antiguos signos en donde tú estuviste hacia el año mil,
por los bosques, los pantanos, las ramas y las hojas, la arcilla
pisada.

Dentro del corazón está la muerte
como una runa blanca de ceniza.

Acércate por el campo blanco o por el verde campo o por el
campo negro, pero ven.

Detente ante la tumba
donde los dos estamos.

BRONWYN, PERMUTACIONES

VIII
Con las manos perdidas en los cielos
de fuego entre las páginas,
con relieves contemplo la blancura
cuerpo de tu celeste cenicienta
negra bajo las piedras
y las azules alas del pantano.

Estrellas en los ojos de las aguas,
corazón sobre el campo de las nubes,
mi Bronwyn en la tierra.

Por el desnudo bosque verde
el mar se descompone en las arenas
grises.

Las olas se aproximan en las hierbas.

XI
Bronwyn entre las alas y las olas
sobre las nubes grises y la tierra.

Tus ojos en los cielos con relieves
y en las piedras azules las estrellas.

Manos entre las páginas del fuego,
en las perdidas aguas de las hierbas.

BRONWYN, n

Nor
nor Bronwyn

Rob
rob Bronwyn

Row
row Bronwyn
Wry
wry Bronwyn

sábado, 31 de octubre de 2015

"CÉSAR MORO O LA SUBLIMACIÓN DE LO FORTUITO" EN LAS DELICIAS SURREALISTAS

El Piojo Eléctrico se complace en invitaros en la librería La Delicia de Leer a una disertación sobre uno de los más injustamente olvidados poetas surrealistas latinoamericanos: el peruano César Moro (1903-1956). Sea por lo radical de su propuesta poética, a saber, la práctica de la más genuina escritura automática, o sea por haber escrito la mayor parte de su obra en una lengua extranjera, el francés, sus libros fueron ninguneados por las grandes editoriales (el propio padre del surrealismo en América Latina, Aldo Pellegrini, se quejaba amargamente de cómo uno de los libros más bellos de Moro, La tortuga ecuestre, su único poemario en español, no encontró editor durante largos años). Pero nada de ello minó el espíritu inquieto de Alfredo Quípez Asín, tal era su verdadero nombre, que siguió involucrado en la difusión del surrealismo, desde sus primeros contactos con el grupo parisino encabezado por Breton en los años 20 del siglo pasado, pasando por su colaboración con en diversas revistas del surrealistas como DYN o El hijo pródigo, hasta la organización de la Cuarta Exposición Internacional Surrealista junto con Breton en México en los años 40. Murió prematuramente víctima de una leucemia en 1956 en Lima, con la falta de atención de crítica y público que desgraciadamente le había acompañado durante toda su vida. Hoy día es considerado uno de los más importantes poetas de Perú y es reivindicado incluso por el establishment literario del país andino, no en vano Moro había sido profesor de francés de Vargas Llosa en el Colegio Militar Leoncio Prado de la ciudad peruana de Callao.

El Piojo Eléctrico os invita a disfrutar de este fantástico poeta el jueves 12 de noviembre a las 20.30 en la librería La Delicia de Leer en C/ Juan Agapito y Revilla, 10.



VISIÓN DE PIANOS APOLILLADOS CAYENDO EN RUINAS
por César Moro


El incesto representado por un señor de levita
Recibe las felicitaciones del viento caliente del incesto 
Una rosa fatigada soporta un cadáver de pájaro
Pájaro de plomo dónde tienes el cesto del canto
Y las provisiones para tu cría de serpientes de reloj
Cuando acabes de estar muerto serás una brújula borracha
Un cabestro sobre el lecho esperando un caballero moribundo de las islas del 
Pacífico que navega en una tortuga musical divina y cretina
Serás un mausoleo a las víctimas de la peste o un equilibrio pasajero entre dos trenes que chocan
Mientras la plaza se llena de humo y de paja y llueve algodón arroz agua cebolla y vestigios de alta arqueología
Una sartén dorada con un retrato de mi madre
Un banco de césped con tres estatuas de carbón
Ocho cuartillas de papel manuscritas en alemán
Algunos días de la semana en cartón con la nariz azul 
Pelos de barba de diferentes presidentes de la república del Perú clavándose  como flechas de piedra en la calzada y produciendo un patriotismo violento en los enfermos de la vejiga 
Serás un volcán minúsculo más bello que tres perros sedientos haciéndose  reverencias y recomendaciones sobre la manera de hacer crecer el trigo en pianos fuera de uso

viernes, 30 de octubre de 2015

EL PÁJARO DEL PARAÍSO por Franklin Rosemont

[Franklin Rosemenot (1943-2009) fue fundador e integrante del Grupo Surrealista de Chicago junto con su esposa Penelope. Junto con ella había viajado a París en los años 60 y había entrado en contacto con Breton y el grupo de surrealistas parisinos, quedando muy impresionado. Su padre era sindicalista y su madre era música y de ahí heredó sus dos principales preocupaciones además del surrealismo: los movimientos de liberación y la música negra, especialmente el blues. Escribió numerosos poemarios y dirigió la revista surrealista Arsenal/Subversion. También fue autor de un libro sobre Joe Hill, cantautor folk afiliado a la IWW. ]


Franklin Rosemont, principal animador de la escena
surrealista de Chicago.


Una vez en el jardín rubio
del humo desatado
Dos veces en la ambigüedad
de ojos parpadeando
a cámara lenta
Tres veces en el sol 
que se dobla
como un periódico
Cuatro veces en el embudo
de nieve el vaso de alcohol
y guantes
Cinco veces en los cinco sentidos 
colocados como un puzzle
sobre el cielo artrítico
Seis veces en el almanaque
pesado con un péndulo
y con el índice de alusiones
Ocho veces en el cristal helado
donde los guijarros duermen como peces
Nueve veces en el suelo violeta
de ojos de delfín
Diez veces en la ventana hipnótica
simple como una uva
en su encaje y en su ropa sucia

La esfera de lo oscuro
soltada de sus lejanos goznes
en la luz de ranas
tan dormida de repente


Traducción: Sorrow
Dibujo de Franklin Rosemont

jueves, 22 de octubre de 2015

ATHANOR por Penelope Rosemont

[Penelope Rosemont es una de las cabezas visibles del surrealismo norteamericano junto con su marido Franklin.  Nacida en 1942 en Chicago, ha sido integrante del grupo surrealista de esta ciudad desde los años 60 del siglo pasado tras haber conocido a Breton en París poco antes de la muerte de éste. Fotógrafa, collagista y poeta, aparte de estar comprometida con la causa surrealista se ha interesado movimientos de liberación (como el de la comunidad afroamericana) y formas libres de expresión musical como el jazz y el blues.]

Penelope Rosemont, tejiendo y destejiendo 
el manto del surrealismo en EE.UU.


Esta mañana
te traje el sol
en un saco

Me levanté de la cama muy rápido
Me puse un vestido marrón
de plumas de faisán
una capa de pieles de camaleón
y en mi cabeza puse el nido 
de un petirrojo

En el borde del mar 
mientras el horizonte era invisible
me oculté (con la ayuda 
de mi capa de camaleón)
entre nubes lilas
y rocas de plata

Justo cuando el sol inmóvil y adormilado
vino de detrás del mar
lo apresé con lenguas de mercurio líquido
y lo arrojé a un saco
forrado de azufre
y ortigas

Te lo traeré de desayuno
para untarlo en el pan como mantequilla
y beberlo como néctar de madreselva
y frotarlo contra tu cuerpo 
para que te vuelvas luminoso
deslumbres a tus enemigos
 y te conviertas en señor
de todas las bestias


(Traducción: Sorrow)


Collage de Penelope Rosemont

lunes, 19 de octubre de 2015

VUELVEN LAS DELICIAS SURREALISTAS: LA INSURRECCIÓN DESDE CHICAGO

El piojo eléctrico, ese cleptómano de sangre fresca y burbujeante, incendiario de cueros cabelludos y mullidos vellos púbicos, se ha liado al otro lado del charco con otros dos entes del subsuelo, con la futurista pero pasada de moda hormiga atómica y con el antiburgués bugs bunny. Su objetivo es  ponernos al día de las palabras y obras del Grupo Surrealista de Chicago.

Será el miércoles que viene, 21 de octubre, a las 20:30 en La Delicia de Leer (Juan Agapito y Revilla 10, Valladolid)

El denominado Grupo Surrealista de Chicago fue fundado en Chicago, Illinois, en julio de 1966 por Franklin y Penélope Rosemont después de un viaje a París en 1965, durante el cual estuvieron en contacto con André Breton, justo un año antes de su muerte. Recogieron la batuta y la desarrollaron con todo vigor, humor y libertad por lo maravilloso frente a la ramplonería religiosamente capitalista del gran gendarme.

Franklin y Penelope Rosemont.


      ”  Siempre con la ayuda del «umor», de la experimentación, del juego y del amor. En perpetua compañía de Bugs Bunny y sus «cómplices populares», del blues y de los «inspirados del borde de las autopistas del pensamiento y la imaginación creadora», los componentes del Movimiento Surrealista en los Estados Unidos han redactado las volantinas más hilarantes, cáusticas e incendiarias y han escrito los análisis más lúcidos de los acontecimientos, llegando a su cenit en el análisis y la defensa de la Revuelta de Los Ángeles de 1992. ”
(Reseña de ¿Qué hay de nuevo, viejo? Textos y declaraciones del Movimiento Surrealista de los Estados Unidos (1967-1999), Pepitas de Calabaza, 2008)

Más información:
Chicago Surrealist Group en Wikipedia
The Surrealist Movement in the United States
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[…] El surrealismo no está hecho para complacer a aquellos que tienen necesidad de una «línea» política u otra: demasido anarquista para la mayoría de marxistas, demasiado marxista para los anarquistas; demasiado amante de la poesía y de la pintura para los políticos, demasiado deseoso de revolución para los escritores y artistas; demasiado inclinado a las investigaciones teóricas para los activistas, demasiado indisciplinado para los profesores; demasiado poéticamente riguroso para los chantajistas espiritualistas, demasiado cercano a lo maravilloso para los aquejados de racionalismo instrumental; demasiado freudiano para la izquierda positivista y puritana, demasiado salvaje para los médicos usurpadores y los conservadores del psicoanálisis […]. El surrealismo sólo puede florecer a su manera. Contra y alejado de los paradigmas dominantes […]

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Declaración del Grupo Surrealista de Chicago contra Andy Warhol en 1989

HACE CIENTO OCHENTA Y un años que William Blake nos alertó contra ciertos artistas a los que la clase dominante “Emplea para Deprimir el Arte”. Hoy, el Capital y su Estado monopolizan el Arte mientras ahoga toda verdadera expresión libre. La sociedad contemporánea es una gigantesca prisión, y no es sorprendente que varias de las celebridades del Mercado del Arte sean guardianes armados con gas lacrimógeno y pistolas.

Sexista y racista declarado, católico devoto, pelota profesional de la complacencia corporativa, apologista del imperialismo y de toda otra forma de explotación y degradación, Andy Warhol ejemplifica el tipo de escoria que llega hasta lo más alto en esta sociedad intolerablemente miserabilista. El cadáver maloliente de este rico lameculos -el Richard Nixon del Arte Moderno que alardeaba de que su mayor ambición era convertirse en máquina- sigue siendo la perfecta encarnación de la cultura oficial de nuestros días.



Al no haber tenido nunca la oportunidad de escupirle en la cara cuando estaba vivo, aprovechamos esta ocasión para escupir sobre su memoria, sobre toda su obra, sobre todos sus admiradores, y especialmente sobre todos esos comisarios, críticos y otros bien pagados mentirosos que se las han arreglado para convencer a un cierto número de personas de que esta pútrida no-entidad tuvo realmente alguna importancia.

Algún día -¡más cercano de lo que pensáis!- tendremos el placer de pisotear y mear sobre las repugnantes representaciones de la mercancía de Warhol, sobre las ruinas de éste y otros museos por los que circula la mercancía, sobre las ruinas de toda la estúpida estructura social fundamentada en el fetichismo de la mercancía.

Mientras tanto, si alguno de nosotros se toma la molestia de asistir a vuestros asquerosos funerales, es porque serán justamente los vuestros. Como diría Daffy Duck: “¡Es para morirse de risa!”

miércoles, 30 de septiembre de 2015

VESTIGIO por José Antonio Ramos Sucre

[Biografía de Ramos Sucre aquí]

Tu suerte infundía el pesar de una ilusión anulada, de una felicidad escapada y distante; tu distinción exótica daba relieve a la desventura interminable de una vida anómala. Yo escuchaba tus lamentaciones de criatura débil, amenazada y fugitiva.

Vestías de azul y blanco, los colores de la ola momentánea; y tus ojos de mirada atónita y lejana, compendiaban un nostálgico panorama oceánico. Yo celebraba tu belleza alba y taciturna de pájaro boreal.

Adornabas la tarde; y yo recuerdo que entonces acrecentaba la melancolía del poniente e inundaba la ciudad patricia una procelosa irrupción de nieblas, indómitas mensajeras del mar.

La muerte benévola te llevo dormida a su limbo oscuro y vano; pero tu imagen alada vencedora del olvido, humilla las malezas de mi jardín sellado con una sobrenatural blancura de mármol.



"Reclining Figure" de Henry Moore

lunes, 31 de agosto de 2015

EN EL CASTILLO DE ARGOL (fragmento) por Julien Gracq

[Biografía de Julien Gracq aquí]

En dirección al fondo de la bahía, en el lugar en que las tristes hierbas de las arenas dejaban sitio a las playas desnudas, Albert dirigió su caballo hacia una melancólica reunión de piedras grises y gastadas, modeladas por la mano del hombre, y que al acercarse resultó ser, según parecía, un cementerio hacía mucho tiempo abandonado. La invasión de las arenas había alcanzado el nivel de los bajos cercados de piedra, y el recinto mortuorio parecía colmado por entero. Cruces macizas de piedra de brazos extrañamente cortos como los de las cruces gaélicas emergían de la arena sin orden aparente: una eminencia apenas visible anunciaba todavía el lugar de la tumbas. La desolación salvaje de aquel lugar abandonado de los hombres no inspiró sin embargo en  el corazón de Albert más que una mórbida curiosidad, y, atando su caballo al brazo de una de las cruces de piedra, recorrió con rapidez sus avenidas ahogadas por la arena. Ya no era legible ninguna inscripción, y el agente de aquella despiadada y dos veces sacrílega destrucción era revelado por el silbido incesante de los granos de arena cuyo fino polvo el viento, segundo tras segundo, y con un encarnizamiento atroz, proyectada sobre el granito. ¡Parecía fluir de Su palma inagotable, en el horrible reloj de arena del Tiempo! La palidez del rostro de Albert se volvió entonces más viva que de costumbre, y el viento agitó locamente las mechas de sus rubios cabellos extrañamente apagados, color de avena y arena. Miraba fijamente una cruz de piedra plantada algo aparte de las otras y según todas las apariencias, aunque no pudiera juzgarse con exactitud debido a los avances desiguales de la arena, de una forma notablemente más elevada. Pero lo que, desde cualquier punto de vista, a Albert le pareció más turbador en la situación de aquella cruz era que ninguno de los abultamientos todavía visibles del terreno, que volvían tan lúgubremente explicables la presencia de los emblemas de la redención en aquel lugar desierto, aparecía en sus alrededores inmediatos, donde solo ondulaban los pliegues irregulares de la arena, de suerte que el alma dudaba largamente en decidir si aquella cruz representaba todavía el signo de la Muerte tumbada a sus pies en el suelo, o si, por el contrario, se enfrentaba al pueblo dormido de la tumbas para presentarle la imagen orgullosa de la Vida eterna, presente todavía en medio de las soledades más fúnebres. El enigma de aquella cruz equívoca y disponible fue apoderándose poco a poco del ánimo de Albert, y una fuerza guió entonces su brazo mientras, manteniendo en su rostro la sonrisa casi insensata que hacía nacer en él secretas comparaciones, caminaba deprisa hacia la cruz y, armándose de una esquirla de piedra puntiaguda, grababa en ella toscamente el nombre de

HEIDE.


martes, 14 de julio de 2015

LA CENIZA Y ÉL por Juan Larrea

[Biografía de Juan Larrea aquí]

De memoria en un volumen de aire que guarda la forma materna
la tempestad bajo la espuela de un cielo curvado
el espejo de sus piernas hendido sobre una superficie mortal
y cierto buen tiempo perdido en el aguzado de los ojos

Sin llamada bajo una carne de cirios que se terminan
el sable de hojas muertas arrastrado donde quiera reinar su lejanía
en nombre del ser que recoge sonriendo los peligros
el silencio bate sus dos alas blancas como un contrato

De mármol con gran detrimento de la sombra
antigua y bella que le tiene prisionero
roído por gusanos como un diamante podrido
la tragedia del oro acontece sobre todo en sus manos vacías


Grabado de André Masson


lunes, 29 de junio de 2015

SÓLO LA MUERTE por Pablo Neruda

[Biografía de Neruda aquí.]

HAY cementerios solos, 
tumbas llenas de huesos sin sonido,
el corazón pasando un túnel
oscuro, oscuro, oscuro,
como un naufragio hacia adentro nos morimos,
como ahogarnos en el corazón,
como irnos cayendo desde la piel al alma.

Hay cadáveres,
hay pies de pegajosa losa fría,
hay la muerte en los huesos,
como un sonido puro,
como un ladrido sin perro,
saliendo de ciertas campanas, de ciertas tumbas,
creciendo en la humedad como el llanto o la lluvia.

Yo veo, solo, a veces,
ataúdes a vela
zarpar con difuntos pálidos, con mujeres de trenzas muertas,
con panaderos blancos como ángeles,
con niñas pensativas casadas con notarios,
ataúdes subiendo el río vertical de los muertos,
el río morado,
hacia arriba, con las velas hinchadas por el sonido de la muerte,
hinchadas por el sonido silencioso de la muerte.

A lo sonoro llega la muerte
como un zapato sin pie, como un traje sin hombre,
llega a golpear con un anillo sin piedra y sin dedo,
llega a gritar sin boca, sin lengua, sin garganta.
Sin embargo sus pasos suenan
y su vestido suena, callado, como un árbol.

Yo no sé, yo conozco poco, yo apenas veo,
pero creo que su canto tiene color de violetas húmedas,
de violetas acostumbradas a la tierra
porque la cara de la muerte es verde,
y la mirada de la muerte es verde,
con la aguda humedad de una hoja de violeta
y su grave color de invierno exasperado.

Pero la muerte va también por el mundo vestida de escoba,
lame el suelo buscando difuntos,
la muerte está en la escoba,
es la lengua de la muerte buscando muertos,
es la aguja de la muerte buscando hilo.
La muerte está en los catres:
en los colchones lentos, en las frazadas negras
vive tendida, y de repente sopla:
sopla un sonido oscuro que hincha sábanas,
y hay camas navegando a un puerto
en donde está esperando, vestida de almirante.
De Residencia en la tierra

Pintura de Roberto Matta

domingo, 31 de mayo de 2015

ENRIQUE MOLINA, SURREALISTA DE PIEL DE PÁJARO, EN LAS "DELICIAS SURREALISTAS"

El Piojo Eléctrico se complace en anunciar que la próxima "Delicia Surrealista" estará dedicada a la poesía nómada y cósmica del argentino Enrique Molina. El acto tendrá lugar el jueves 11 de junio a las 20.30 en la librería la Delicia de Leer (C/ Juan Agapito y Revilla, 10, Valladolid.)


Molina, que fue marino mercante en su juventud y que vivió en varios países de América Latina, fundó en 1952 junto con Aldo Pellegrini la revista surrealista A partir de cero, si bien nunca fue un militante surrealista en sentido estricto como lo fue Pellegrini. También fue un destacado ilustrador y collagista.

La obra poética de Molina celebra la diversidad y el dinamismo del mundo. El yo del poeta se disuelve en el cosmos y nos lo muestra a vista de pájaro en toda su exuberante multiplicidad. El espíritu abierto y cosmopolita de Molina siempre prefirió como fondo de sus poemas el océano, única patria posible del poeta. Para el viajero Enrique Molina el poema era como una travesía. El uso barroco y alucinógeno de la imagen le acercaba a surrealistas del continente americano como Aimé Césaire, aunque la estructura de sus poemas basada en larguísimas enumeraciones a modo de inventario era algo menos espontánea que la escritura automática propugnada por el surrealismo más ortodoxo. Coetáneo de las poetisas argentinas Olga Orozco y Alejandra Pizanik, también cercanas al surrealismo, Molina es junto con ellas una de las voces poéticas más respetadas del país latinoamericano. 

Collage de Enrique Molina para La oscuridad 
del sol de Olga Orozco.


Y como muestra de la poética nómada de Molina, el Piojo Eléctrico les ofrece un botón:

CIUDADANÍA Y CALOR

Mi patria es de langostas una oceánica choza entre las islas que no he visto nunca
Un hogar-flagelo espléndido donde cada cosa contiene otra cosa cada mono otro mono cada boca otra boca hasta quedar tan sólo un punto en el horizonte una migaja única del fósforo de los mendigos 
Y toda es gente de lazos inaferrables en la tibieza de mano de hierro de su desnudez
Con el presagio de sus lenguas hacia los meandros de algún cuerpo inalcanzable en la corriente 
Y cuyas historias sin asilo abren un astro vivo a cada nuevo corazón que invaden
Mientras la espuma avanza y retrocede sobre la playa cubierta de cuernos y valvas regida en su vaivén por el cadáver de un pájaro marino

Mi inhabitable morada querida a la sombra de cálidas axilas para quienes yacen desesperados por sus propios alcoholes de incendiar
Por sus propios labios suplicantes en la viña de los pulpos donde juegan los niños con una luz dulce y cruel
¡Oh bello hogar de perezosas hojas que abanican hasta dejarme ciego!
Los números son pájaros
Y cada amanecer desaparecen las mujeres errantes que sólo se persignan con la señal del deseo y del viento
Las negras peinadoras de la noche donde destilan la fiebre
Las cocineras reales
Y uno puede gustar en sus brebajes un éxtasis de saurio el prodigio de haber nacido al pie de tales dioses de mirada de tierra que cambia y de muslos que se entreabren

La bahía se retuerce como un salmo ante nuestra presencia.

lunes, 11 de mayo de 2015

BAJO CERO

Los osos polares poblaron los centros comerciales
Los líquenes se convirtieron
En la única vegetación de nuestras pesadillas
Los tramperos constituyeron
                                                        Un gobierno provisional
Las focas controlaron el tráfico de estupefacientes
Los pingüinos sustituyeron
                                                     A los presentadores de los noticiarios
Los renos interfirieron en las telecomunicaciones
Los buques rompehielos
                                                Confluyeron en el distrito financiero
Los expedicionarios se calentaron con fogatas
Hechas con títulos de propiedad
Y la nieve cubrió las moquetas de los palacetes
                                                                                          De la alta burguesía
Que se vio forzada a hablar de negocios
                                                                           En lengua esquimal


Licencia de Creative Commons


La ola invernal de Jacek Yerka


domingo, 26 de abril de 2015

NUEVA DELICIA SURREALISTA: "TRISTAN TZARA Y EL HOMBRE APROXIMATIVO"

[Por razones de fuerza mayor el acto no se pudo realizar en la fecha anunciada por lo que tendrá lugar el jueves día 21 de mayo. El Piojo Eléctrico ruega disculpen esta alteración de planes.]

El miércoles 29 de abril, a las 20,30 horas, en la librería La Delicia de Leer, el Piojo Eléctrico nos ofrecerá una nueva versión de las Delicias Surrealistas, en esta ocasión dedicada a Tristan Tzara y su Hombre aproximativo.

Todo comenzó en febrero de 1916 en el Cabaret Voltaire de Zurich. En ese espacio tan alejado de las veladas anodinas de los “cafés literarios”, Tristan Tzara, junto a sus amigos Hugo Ball, Richard Huelsenbeck, Marcel Janco y Hans Arp, fundaría el más subversivo, furioso e iconoclasta de los movimientos de vanguardia del siglo XX: Dadá. El movimiento dadaísta expresaba la necesidad de un cambio radical en el plano intelectual, social y artístico, denunciando al mismo tiempo la carnicería de la Gran Guerra y el hundimiento de los valores de la sociedad occidental. A través de sus “performances”, en las que mezclaban espontáneamente el teatro, la música y la danza con resonancias tribales, el canto improvisado y la poesía simultánea, o la lectura de manifiestos cuyo contenido escandalizaba a los burgueses ilustrados, los dadaístas dirigían un ataque frontal contra todos los sistemas culturales y artísticos de la época: “Estoy contra todos los sistemas -escribiría Tzara-; el más aceptable de los sistemas es no tener por principio ninguno”. Y añadía: “¡Basta de academias cubistas y futuristas, laboratorios de ideas formales”, incluyendo entre ellas al propio movimiento dadaísta: “¡Desconfiad de dadá!”, decía un sarcástico Tzara.


Tzara retratado por Lajos Tihanyi

Tras la disolución en 1919 del grupo de Zurich, Tristan Tzara entra en contacto con los miembros de la revista Littérature, órgano del incipiente movimiento surrealista, trasladándose poco después a París. Allí intentará dar un nuevo impulso al dadaísmo, pero chocaría con André Breton quien le acusaría de un nihilismo estéril y de un efectismo de barraca de feria. La ruptura no le impedió proseguir su camino y en 1924 publicó -casi como un ejercicio póstumo del movimiento- los Siete manifiestos Dadá, que reunía los textos difundidos en las manifestaciones de Zurich y Paris, y el Pañuelo de nubes. Pero Dadá ya había muerto y el Surrealismo tomaba su relevo.

A partir de 1929, Tzara empezó a colaborar regularmente en El surrealismo al servicio de la revolución, donde publicaría su importante “Ensayo sobre la situación de la poesía”, en el que retoma la distinción señalada por Jung entre el pensamiento dirigido y el pensamiento no dirigido. Tzara ve una oposición, claramente atestiguada desde el romanticismo, entre la poesía como “medio de expresión”, que participa del pensamiento dirigido o lógico, y la poesía como “actividad del espíritu”, que pertenece al pensamiento no dirigido (sueños y ensoñaciones, fantasía e imaginación), y no sólo como un producto escrito procedente del subconsciente sino como una manera de vivir y, en su punto más extremo, sueño proyectado en la acción. Según Tzara, esta contradicción no podrá ser dialécticamente superada más que por una revolución social que libere a todos los hombres de la servidumbre del trabajo y los conduzca a vivir una poesía hecha por todos, no por uno solo, según la expresión de Lautréaumont.

Retrato de Tzara por Lajos Tihanyi

En 1935 rompió definitivamente con el surrealismo y se afilió al Partido Comunista, participando activamente en la defensa de la República española. Al desencadenarse la Segunda Guerra Mundial, Tzara se refugia en el sur de Francia, formando parte de la Resistencia intelectual antinazi. Durante la posguerra las condiciones sociales y culturales habían cambiado profundamente, y como consecuencia de ello Tzara empezó a considerar la poesía de una forma totalmente distinta, en la que rebeldía, el escándalo y el rechazo sistemático son sustituidos por un mayor lirismo y compromiso social. El sentido de esta evolución puede observarse en sus obras posteriores, como Mediodías ganados, 1939; La huida, 1947; Hablar solo, 1950; o El rostro interior, 1953; obras que, sin embargo, nada aportaron a lo que había representado la figura de Tristan Tzara para la cultura europea de vanguardia del siglo XX.

El hombre aproximativo, redactado entre 1925 y 1930, y publicado en 1931, es un libro intenso y complejo y, sin duda, la mejor obra poética de Tristan Tzara, escrita justamente en su período surrealista. Se trata de una experiencia cosmológica de reconstrucción del mundo, buscando una reconciliación entre lo que el hombre concreto es -dentro de una vida incoherente y miserable- y lo que debe tratar de rescatar del hombre primitivo -su mirada salvaje e infantil- para hallar el “hombre aproximativo” que habita en su interior, y que sólo logrará a través de la realidad poética. Es un libro que rompe con todos los límites de la expresión, donde la escritura automática y la ausencia de puntuación descubren nuevas correspondencias y significados en versículos polisémicos construidos como collages y con un ritmo claramente musical de repeticiones y fraseo.

Un libro para leer y releer continuamente.

Más:

EL HOMBRE APROXIMATIVO (fragmentos) por Tristan Tzara

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hombre aproximativo como yo como tú lector y como los demás

montón de carnes ruidosas y de ecos de consciencia

completa en el solo pedazo de voluntad tu nombre

transportable y asimilable pulido por las dóciles inflexiones de las mujeres

diversos incomprendidos según la voluptuosidad de las corrientes interrogativas

hombre aproximativo que te mueves por las imprecisiones del destino

con un corazón como maleta y un vals a modo de cabeza

vaho sobre el frío espejo tú te impides verte a ti mismo

grande e insignificante entre las joyas de escarcha del paisaje

sin embargo los hombres cantan en corro bajo los puentes

del frío la boca azul contraída más allá de la nada

hombre aproximativo o magnífico o miserable

en la niebla de las castas edades

habitación barata los ojos embajadores del fuego

que cada uno interrogue y atienda en el forro de caricias de sus ideas

ojos que rejuvenecen las violencias de los dioses aleves

saltando al desatarse los muelles dentales de la risa

hombre aproximativo como yo como tú lector

tienes entre tus manos como para lanzar una bola

cifra luminosa tu cabeza llena de poesía



Tristan Tzara, El hombre aproximativo (1931)

miércoles, 8 de abril de 2015

NUEVA DELICIA SURREALISTA: DE MANIFIESTOS SURREALISTAS O LA SUBVERSIÓN ENAMORADA


“Las contradicciones forman la esencia misma del pensamiento de Breton, constituyen su dialéctica del pensar, y ellas lo hacen particularmente vivo; pero nada en estas contradicciones es gratuito; todas confluyen en una última coherencia; todas concurren a darle su sentido definitivo. Los tres manifiestos que aparecen en este volumen tienen una significación distinta. El primero es expositivo, en él se presentan los principios del surrealismo y se revela una particular técnica poética, mejor dicho una técnica general para la creación, la interpretación de la vida y la utilización de los verdaderos instrumentos del conocimiento. El Segundo manifiesto plantea la importancia del surrealismo como concepción ética, y es en gran parte polémico. Quizás esa polémica peque por demasiado violenta, y quizás haya en ella un exceso de interpretaciones de hechos ocasionales que el tiempo ha demostrado erróneas, pero de todos modos es el documento de un estado de espíritu, de un modo apasionado y viviente de ser testigo del mundo y de lo que en él acontece. Este modo de vivir con pasión lúcida es el lema de un hombre que todo lo ha sacrificado a esa pasión y a esa lucidez. Los Prolegómenos a un tercer manifiesto significan finalmente un balance del surrealismo en sí, y del surrealismo en su confrontación con el estado de la sociedad actual.”

Aldo Pellegrini, Buenos Aires, mayo de 1965 (Prólogo de Manifiestos del Surrealismo, Ed. Argonauta, año 2012)





El piojo eléctrico, secuaz impertinente del surrealismo postmoderno, presenta el jueves 9 de abril una Delicia Surrealista donde todos saben,  y con un plato cargado de diodos: ha decidido contribuir al debate de los manifiestos con estos

APUNTES A UN MANIFIESTO PRESENTE DEL PIOJO ELÉCTRICO
I
DEVENIR Y EXPERIENCIA DEL COLAPSO

Artificio Artilugio Artefacto: La triple A de la Civilización reconstituye la condición humana. Su exterior se revuelve interior, decoración de neuronas sin neurosis, apéndices autómatas, reproducción asistida, fósiles cancerígenos, ciudades en latencia ovípara.

Libertad es poder desposeído y desposesivo. Libertad de crear y de amar en un tiempo simultáneo y único, siendo como es la vida múltiple y diversa. Cada cual no es más que brizna arrancada a la tierra, vegetal portentoso que necesita de la humedad escasa de otras briznas para desarrollarse y crecer, sin lo cual se vuelve paja. Pues está la razón seca y la intuición húmeda, el pensamiento estéril, reglado y convenido y la imaginación fecunda, gozosa y desenvuelta.




Abunda la literatura de yoes muertos y puritanos héroes, de fórmulas marchitas, de engalanados premios, de mostrencos serviciales: literatura a crédito y de abusivos intereses, escribientes que regurgitan cadáveres y diosecitos pálidos, que muestran sin pudor sus heces claras, oscuras, sus dolores de bilis, sus enfermedades hueras.

Literatura es obsolescencia programada por los imbéciles de las Reales Academias e institutos similares: Ni la realidad es pudorosa ni escamoteable a la dinámica de la expresión sin arrobos. Ni el academicismo se impone a la vorágine de las generaciones. No hay institución capaz de eliminar sus propios estereotipos, ni tiranía de expertos que nos persuada de su sintaxis.

Aquí pues un proyecto de manifiesto, y para lo que sirve: para reclamar la atención de los hastiados por la proliferación de los imbéciles, que pueblan el paisaje desde la ponzoña de los gobernantes corruptos hasta la mediocridad acomodada de quien se cree feliz con una dosis de alienación envasada.

Pero lo maravilloso sigue agazapado en los vertederos, gemas ocultas brillando en la oscuridad de las alcantarillas como ratas al acecho de imposturas, venenos excitantes de cardíacos placeres, glifos que maúllan a la luz de unos ojos reflectantes, titanes enanos que pronuncian palabra vírgenes: Saeh – Veta – Ozone – Bla – …

Lo maravilloso se muestra en el trasfondo, en los límites rebasados, en el desquicio de las interrogaciones agudas, en la trashumancia de las exclamaciones. Hay que zambullirse en el abismo para zafarse del colapso que se barrunta. ¡ Devastemos los altares de los burócratas, de los plutócratas, de los propietarios de intelectos ! Lo maravilloso no necesita de templos ni de dioses, en cualquier rincón expresa su orgullo. El orgullo de las contradicciones y la emoción en los contrastes. El orgullo de la hilazón yuxtapuesta, del acorde sincopado. ¡ Sí, la lógica maravillosa de lo sorprendente y del desorden fecundo ! La lógica del azar o claridad difusa o borroso destello o intermitente cuásar.

Rechacemos entonces las redes de la mentira, los rostros descarnados, los telares ilusos, las pócimas del ruido. Preferible es narcotizarse, emborracharse, alucinar sin tapujos, refreir lo leído, cantar a lo humano caído, optar por el suicidio, loar la desesperación del olvido. Vomitemos las luces sin sombras, las élites movibles, las jerarquías líquidas y el arte sin esquinas. Preferibles son las lágrimas del tiempo, los despistes cotidianos, las quemaduras de tabaco, los arañazos del celo, las pasiones frenéticas, los vértigos compartidos.

Hay sinrazones para crear y razones para amar, y ambas son la libertad de escudriñar lo que nos ata y lo que nos inquieta. Amar la ansiedad de soñarse vivo. Crear el prodigio de un mar plagado de flores, la música aromática de los colores, el swing noctámbulo de la carne tibia, el zumbido airado de los desposeídos.

Un misterio no evidente, es la belleza. Y sólo la poesía la muestra pródiga e imperfecta.

II
NI XS

Ni Prístina Pobreza
Ni Palos Patéticos
Ni Palíndromos Privados
Ni Porquerías Plásticas

Ni Prímula Soterrada Opípara Estadística
Ni Pústula Satisfecha Oblicua Empalagosa
Ni Promesa Sombría Ondina Estrujada
Ni Parapentes Sin Ortigas Ebrias

Ni Palanganas Ni Pócimas
Ni Péndulos Ni Perfumes
Ni Pacemos Ni Preñamos

Ni Sal Si Puedes

Ni Iris Urticario
Ni Ibis Urológico
Ni Intimidad Untuosa

Ni Volantes Trémulos Lípidos Pasquines

Ni Cólumes Ni Cándidos
Ni Cánoros Ni Crísticos
Ni Cartógrafos Ni Cortocircuitos

Ni Ufanas Pescadillas Destripadas
Ni Últimos Primates Delicados

Ni Tú Ni Yo Servimos Calabozos
Ni Tu Ni Yo Siseamos Cadenas
Ni Tú Ni Yo Sumamos Calabazas

III
TIPOLOGÍA SARCÁSTICA

Manifiestos-del-surrealismoestán personas a las que llaman poetas, poetisas y poetisos: o son esporádicas y descreídas -pues escriben cuando una espora les alcanza repentina, y esto sucede o con frecuencia o casi nunca, no hay término medio-; o son creyentes y ejercen poéticamente su cadena perpetua.



Están personas que se llaman poetas, poetisas o poetisos: una mayoría escribe sólo durante su inmadurez, y si no consiguen desprenderse de su infancia protegida mantendrán el título hasta su muerte, y otras pocas habrá que sólo escriban cuando cierto espacio-tiempo les invite o les provoque

está quien ejerce de poeta, poetisa o poetiso y también está quien se ejercita como tal, siendo ambos casos transversales a quienes denominan tales y a quienes se autonombran cuales, pues apenas se distinguen en su grado de vanidad o de humildad: quien ejerce no es que escriba mucho o excelsamente si no que practica con pasión su pretenciosa autoridad de principiante; quien se ejercita puede escribir un montón y hasta extremadamente potable pero también suele sufrir muchas inseguridades de obcecado incomprendido

esta tipología nada tiene que ver con lo escrito, si no con quien escribe… aunque, sin embargo, pero y… quizás, a veces, puede que… quien

se empeña en transmutar su infelicidad en palabras, quien
dicta por sí y para sí su yo como emblema, quien
se empecina que su cuarto su coche o su calle es
más o -mayestáticamente- menos
que el tiesto el patio o la cocina del vecino, quien
proclama sus amores como quien vende pechugas, quien
decide que su ‘alma’ es el ‘ánima’ del mundo, quien
revela verdades de perogrullo, quien
postula que la pústula del meñique izquierdo de su pie derecho es
digno de un drama místico, quien
se afana en jugar con vocablos intangibles
como luz silencio los cuatro elementos o los cuatro puntos cardinales, quien
airea su epidermis y analiza su sinsentido, quien
cita y se cita y recita y nos predica, quien
metapoetiza y enuncia esencias redichas, quien
cree que los versos desalienan mentes y
transforman realidades, quien
politiza y despolitiza según sea el
espíritu del tiempo, quien finalmente
hace de la academia su refugio…sea la fundación zorrillo
o la casa de clamores y cánticos

bueno, en fin, a caso… será escriba poemática, pero
seguro es que nada de lo suyo nos incumbe.