lunes, 12 de enero de 2015

ALDO PELLEGRINI: EL HOMBRE QUE ABRIÓ LA PUERTA DEL SURREALISMO A LOS INOCENTES (Y LA CERRÓ A LOS IMBÉCILES.) Nueva Delicia Surrealista.

Aldo Pellegrini fue el padre del surrealismo en Argentina y en América Latina. Tan solo dos años después de que Breton publicara el Primer Manifiesto Surrealista Pellegrini formó un grupo surrealista en Buenos Aires. Su órgano de expresión fue la revista Qué, que tuvo una vida efímera con tan solo dos números. Pellegrini, médico de profesión e hijo de un anarquista italiano emigrado a Argentina, hizo de la poesía un instrumento para subvertir la realidad cotidiana, y ello quedó patente en su genial ensayo "La acción subversiva de la poesía". Huyó de los cenáculos poéticos de moda e hizo pública su obra de manera muy modesta a través de ediciones privadas. Sus versos exploran una realidad paralela, un doble fondo de magia cotidiana que el autor encuentra en la realidad diversa y polifónica de la gran urbe, no en vano uno de sus poemarios se llama El muro secreto. Pero ante todo fue uno de los mejores difusores del surrealismo gracias a sus excelentes ensayos críticos, directos y asequibles para el lector medio y muy alejados del elitismo y la obscuridad de los teóricos franceses. No hay que olvidar además que fue él quien reunió una de las primeras antologías de poesía surrealista francesa traducida al español, la imprescindible Antología de la Poesía Surrealista en Lengua Francesa (1961). Se puede decir pues que, parafraseando el título de uno de sus ensayos, Pellegrini abrió la puerta del surrealismo a los inocentes y se la cerró a los imbéciles.



Por eso el Piojo Eléctrico se complace en invitarles a una tertulia en la que se honrará la figura de tan excelso poeta y crítico de arte. Ya saben, será en la librería La Delicia de Leer sita en C/ Juan Agapito y Revilla, 10, a las 20.30h el jueves 22 de enero.


EL MURO SECRETO por Aldo Pellegrini

En el extremo de la calle más angosta
el pregonador de esperanzas
une el pasado el presente y el futuro
un gato despavorido
y detrás la camarera vertiginosa
que llama a todas las puertas
para encender el fuego de la imaginación
es demasiado temprano
para recordar qué crímenes habría que cumplir
pureza de tu mirada, desfilar de puertas burlonas
en el centro de la frente cristalina una gran herida que sangra
a través de ella se ve el muro secreto
nada ocultes, nada ocultes
a aquel que azota las paredes
ya los gavilanes borrachos devoran los pergaminos
y tu espíritu excelso desaparecerá en una tempestad de carcajadas
estruendosas
ondean las esperanzas
en el gran viento amarillo
que cierra bruscamente la puerta burlona

una multitud absorta de buscadores de rumbos
deambula entre catedrales en ruinas.