martes, 26 de enero de 2016

DELICIA SURREALISTA: E. E. CUMMINGS, POESÍA REAL(SIMPLE)MENTE

La poesía como indagación transformadora del lenguaje, intencional trastrocamiento de los moldes heredados, encuentro (fortuito) de emociones reflexivas, cantos de amor para amantes carnalmente finitos, sintaxis vi(va)&s(ex)ual, cada letra de cada palabra en cada frase una imagen del mundo y del yo-muchxs, una bofetada socarrona en los carrillo de la estulticia, sonetos-como-bluses, rimador de (di)versos con jazz de fondo…. es e. e. cummings (1894-1962): poesía simple(real)mente, sin concesiones.

Será mañana 27 de Enero en La Delicia de Leer (calle Juan Agapito y Revilla 10), a las 20:30 aprox,



Biografía en Wikipedia , breve antología en materialdelectura, y más poemas en amediavoz.

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PUEDO ACARICIARTE DIJO ÉL… 

puedo acariciarte dijo él
gritaré dijo ella
sólo una vez dijo él
es divertido dijo ella

e-e-cummings55puedo tocarte dijo él
cuánto dijo ella
mucho dijo él
por qué no dijo ella

vámonos dijo él
no demasiado lejos dijo ella
qué es demasiado lejos dijo él
donde tu estás dijo ella

puedo quedarme dijo él
cómo dijo ella
así dijo él
si me das un beso dijo ella

puedo moverme dijo él
me quieres dijo ella
si lo estás deseando dijo él
pero me estás matando dijo ella

pero la vida es así dijo él
pero y tu mujer dijo ella
ahora dijo él
oh dijo ella

estupendo dijo él
no te detengas dijo ella
oh no dijo él
más despacio dijo ella

¿te corres? dijo él
ummm dijo ella
¡eres divina! dijo él
eres Mío dijo ella



domingo, 24 de enero de 2016

BAHÍA por Gerardo Diego

[Poeta español nacido en Santander en 1896.  Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Deusto y posteriormente en las de Salamanca y Madrid, donde se doctoró. Fue catedrático de Lengua y Literatura en el Instituto de Soria, y sucesivamente enseñó la misma asignatura en los Institutos de Gijón, Santander y Madrid. Participó con Juan Larrea y Vicente Huidobro en el movimiento creacionista. Obtuvo el Premio Cervantes de Literatura y fue miembro de la Real Academia de la Lengua hasta su muerte en 1987. Su obra se inició en 1920 con «El romancero de la Novia», y continuó con numerosas publicaciones entre las que se destacan, «Manual de Espumas» 1924, «Poemas Adrede» 1932, «Ángeles de Compostela» 1940, «Amor solo» 1958, «Nocturnos de Chopin» 1962, «La Fundación del Querer» 1970 y «Carmen Jubilar» 1973.


(Extraído de A media voz)]

Gerardo Diego (dcha) junto con Vicente Huidobro


A Luis Cernuda


Las semanas emergen
del fondo de los mares
y las algas decoran los bares

Para que tú alejes y yo pueda cantar
esperaremos el regreso
del viento de artificio y de la pleamar

Por eso
y con tu ruido que no es el de otras veces
en la bahía ha anclado
tu bahía enmohecida
violín para los peces
y para los suicidas

Venid a ver las nubes familiares
en mi taller todas las tardes
Son los naipes del cielo que nadie ha marchitado

El nido de la fábrica
hizo su nido en mi tejado
para los fumadores
que en la cartera llevan
un muestrario completo de habituales colores

Y mientras yo modelo mi retrato columna
sobre los montes delicados
pisa desnuda la lluvia

En las manos me deja
su corona de espinas
y cantando se aleja
sobre los techos y los climas

Tu cabellera gime sin poder levar anclas

Embárcame contigo
timonel de las galernas
Que el enjambre goloso de tus lluvias
se me pose en el hombro y en la pierna



Bahía de Normandía por Georges Braque

martes, 5 de enero de 2016

¿DE DÓNDE VIENE EL TERROR CÓSMICO DE LOVECRAFT?

Iván Giménez Chueca
Canino, 05/01/2016


Todo el mundo considera con razón a Howard Phillips Lovecraft como el impulsor del horror cósmico, un icono del terror del siglo XX, y su figura ha acabado convirtiéndose se ha convertido en un referente cultural. Lo cierto es que sus historias fueron una revolución en el relato de terror y abrieron caminos nuevos en el mundo de la ciencia-ficción. Su influencia se extiende desde la literatura hasta el cine, pasando por los videojuegos, cómics y los juegos de rol.

Pero toda esta innovación no surgió de la nada, fue fruto de toda una serie de influencias literarias de antecesores de Lovecraft en el género del terror, así como de su entorno personal y geográfico. Entre los predecesores, encontramos a nombres considerados clásicos del terror como Edgar Allan Poe, Lord Dunsany, Arthur Machen, incluso Bram Stoker. Todos ellos ayudaron a crear el panteón de Primigenios y otras razas estelares. Lovecraft acabaría recogiendo estas influencias y comentándolas en el ensayo El horror sobrenatural en la Literatura (1927). Revisemos algunas de estas influencias y cómo convirtieron a Lovecraft en el mito de la cultura popular que es hoy.

Lovecraft, antes de Cthulhu

Todo el mundo ha escuchado hablar de los problemas de Lovecraft para relacionarse socialmente debido a su estricta educación. Esta afirmación es muy matizable, como se verá luego, pero lo cierto es que de pequeño, HPL, jugó poco en las calles de Providence. Prefería quedarse en casa, leyendo en la amplia biblioteca de su abuelo materno, Whipple Van Buren Phillips.  Allí conoció las primeras lecturas que le fascinaron, como Las mil y unas noches y otros relatos mitológicos, así como las historias del Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle, y el que acabaría siendo más decisivo para animarlo a escribir: Edgar Allan Poe.


Edgar Allan Poe

“Cuando escribo relatos, Edgar Allan Poe es mi modelo”, así expresaba un Lovecraft adolescente su admiración por el escritor de Boston. En esta época, está marcado por el Poe más macabro, y lo que escribe se puede catalogar dentro del relato gótico más tradicional, pero aún no hay rastro del terror cósmico. Así se ve en La bestia en la cueva (escrito cuando tenía 15 años) o El alquimista (con 18 años). Esta influencia del autor de El cuervo se siguió notando en el primer relato de HPL adulto, La tumba (lo escribió con 27 años, pero no se publicó hasta 1923, seis años más tarde). Aunque el mayor reflejo de Poe en un relato del HPL está en El extraño, que “representa mi literal aunque inconsciente imitación de Poe”, tal y como recoge el editor Juan Antonio Molina Foix en el primer volumen de la recopilación de relatos del autor que ha publicado Valdemar.

Hacia 1919, con 29 años, Lovecraft inicia la que se ha conocido como su etapa onírica. Aquí además de las nuevas influencias literarias que descubre, también incorpora sus propias vivencias. HPL había sufrido desde muy pequeño terribles sueños, por lo que en sus escritos, caer en las ilusiones de Morfeo es sinónimo de pesadilla y la puerta de entrada a mundos no muy recomendables. Entre estas nuevas influencias destaca la que ejerció su contemporáneo, Edward John Moreton Drax Plunkett, decimoctavo barón Dunsany, más conocido como Lord Dunsany. Tras Poe, iba a ser quien más marcaría las creaciones literarias de Lovecraft, como, una vez más, reconocería él mismo. La primera de sus obras que leyó fue El tiempo y los dioses (1906), un conjunto de relatos situados en el mundo fantástico de Pegana, y que también ha influido en otros escritores como J. R. R. Tolkien.

Lord Dunsany

Lovecraft tuvo ocasión de conocer a Dunsany en persona en una conferencia en Boston. Al final del evento, el de Providence no quiso acercarse a su ídolo, rodeado de una multitud de admiradores cazadores de autógrafos, aunque poco después le hizo llegar un poema que le había dedicado, a través de Alice Hamlet, colega del autor de Providence en su época de periodista amateur. El británico se lo agradeció con una nota, lo que propició que Howard Phillips se convirtiera en un seguidor incondicional.

Más allá de la admiración personal y estilística que Lord Dunsany despertó en él, Lovecraft incorporó aspectos de su obra, como la presencia de extrañas divinidades y fuerzas elementales, así como la existencia de una geografía imaginaria. Pero volviendo al nivel más personal, el aristócrata encarnaba todo lo que Lovecraft deseaba ser: un auténtico caballero británico, viajero, soldado y escritor talentoso.

La influencia de Dunsany dio sus frutos más patentes en lo que luego se ha denominado como Ciclo de Aventuras Oníricas, una serie de narraciones menos populares que las que compondrían los Mitos de Cthulhu, pero que ya apuntaban algunos elementos característicos de estos relatos, como la existencia de entidades poderosas. El mismo Lovecraft reconoció en el artículo Algunas notas sobre una persona insignificante, publicado en la revista Unusual Stories en 1933, que: “hacia 1919 el descubrimiento de Lord Dunsany -de quien tomé la idea del panteón artificial y el fondo mítico representado por ‘Cthulhu’, ‘Yog-Sothoth’, ‘Yuggoth’, etc.- dio un enorme impulso a mi escritura fantástica; y saqué material en mayor cantidad que nunca antes o después”.

Time and the Gods de Lord Dunsany

Los relatos del Ciclo Onírico tienen en común las referencias a las Tierras del Sueño, una dimensión alternativa donde se accedía a través de sueños o viajes astrales. Allí también estaba presentes terribles entidades que también habían accedido allí a través de las ilusiones que tenían mientras dormían.

Los cuentos más representativos de esta época son los que protagoniza Randolph Carter. Se trata del alter ego de Lovecraft, anticuario descendiente de un mago al servicio de Isabel I, otro reflejo de su amor por las raíces en Inglaterra. Aparece por primera vez en La declaración de Randolph Carter, pero luego se pueden seguir sus aventuras en El innombrable, La búsqueda en sueños de Kadath la desconocida, La llave dorada, A través de la puertas de la llave de plata, y Más allá de los eones.

Las etapas en la obra de Lovecraft no se suceden como momentos aislados uno de otro. Las influencias se contaminaban entre ellas, y el cambio era gradual. Pese a las modificaciones que iba introduciendo, nunca abandonó a Poe, y la época onírica también se iba a dejar notar en su etapa de los Mitos. Solo hay que recordar el peso que tienen los mensajes oníricos en La llamada de Cthulhu, o las referencias que hay a los relatos de las Tierras del Sueño en obras como El caso de Charles Dexter Ward.

Los Mitos y el Círculo

Weird Tales

Tal y como explicó Rafael Llopis, ensayista especializado en el género de terror y fantástico, en la célebre recopilación Los mitos de Cthulhu de Alianza Editorial, los relatos de Lovecraft que hacen referencia a los seres conocidos como Primigenios unen el racionalismo materialista y el anhelo religioso. El ensayista lo considera una evolución clara del relato de terror gótico estadounidense que tenía sus raíces en Poe y otros autores del siglo XIX.

La redacción de estos cuentos coincide con el cambio vital de Lovecraft en los años veinte. Aquí se rompe su imagen de tipo raro y aislado del mundo. Una causa de este giro fue la muerte de su madre el 24 de mayo de 1921, quien había ejercido una fuerte influencia y control en su personalidad. A partir de ahí comenzó una serie de intensas y extensas relaciones epistolares con admiradores y otros escritores como Robert E. Howard, August Derleth, o Clark Ashton Smith que admiraban sus publicaciones y que irían conformando el célebre Círculo de Lovecraft, autores seguidores de la obra del de Providence. Estas relaciones le abrieron los horizontes de sus lecturas, tanto literarias como científicas y que ayudarían a conformar los Mitos de Cthulhu. y definieron el cóctel que acabaría conformando el horror cósmico: poderosas entidades extraterrestres, una Historia olvidada, y la existencia de un saber oculto y peligroso en viejos libros.

Arthur Machen

Entre los referente literarios que incorporó para los Mitos está el escritor galés Arthur Machen, con obras como El gran dios Pan (1890) y El pueblo blanco (1904), donde se ponen en danzas fuerzas poderosas que enraízan su existencia en la noche de los tiempos, y que han dejado algún rastro de su existencia en antiguas ruinas. Unos elementos que quedaron muy bien reflejados en el que se ha considerado como el relato inaugural del ciclo cthulhuniano, La ciudad sin nombre (1921).

La existencia de seres antiguos de enorme poder también le viene a Lovecraft de autores como Algernon Blackwood, o de otro grande del terror como Bram Stoker. Del creador de Drácula se fijó en su obra La madriguera del gusano blanco (1911), donde se crea una entidad primitiva que vive en una cripta, pero consideró que el desarrollo de la trama es algo infantil, tal y como apunta en El horror sobrenatural en la Literatura.

Lair Of The White Worm de Bram Stoker

Entrando en materia sobre los Mitos de Cthulhu, son sus trece relatos más famosos, si seguimos la clasificación que hizo Rafael Llopis en 1969: el citado La ciudad sin nombre (1921), El ceremonial (1923), La llamada de Cthulhu (1926), El color surgido del espacio (1927), El caso de Charles Dexter Ward (1927-1928), El horror de Dunwich (1928), El que susurra en la oscuridad (1930), La sombra sobre Innsmouth (1931), En las montañas de la locura (1931), Los sueños en la casa de la bruja (1932), El ser del umbral (1933), La sombra fuera del tiempo (1934) y El asiduo de las tinieblas (1935).

Llopis aseguró que tras los Mitos había una especie de anhelo religioso. Pero muchos otros estudiosos han cuestionado estas aspiraciones por las creencias, y ven un ateísmo muy claro. En cualquier caso, Lovecraft no crea un sistema de divinidades que ofrezca alguna esperanza de salvación. Pese a su educación de WASP, el de Providence no tenía en una estima muy elevada a la religión cristiana.

Fue uno de los miembros del Círculo, August Derleth, quien convenció a Lovecraft en el tramo final de su vida para que añadiera una posibilidad de defenderse del poder malévolo de las entidades primigenias. Así aparecieron los Dioses Arquetípicos. Más que de seres benévolos protectores de la Humanidad, eran rivales de Cthulhu y sus semejantes, y en esta lucha podían llegar a favorecer a los habitantes de nuestro planeta, aunque actuando de una manera un tanto caprichosa.

Como se ha dicho antes, Lovecraft estaba interesado también por los temas científicos de la época, y los aplicó a los Mitos. La combinación de ambos ámbitos fue otro rasgo de su literatura. Un ejemplo, con el descubrimiento de Plutón en 1930, Lovecraft estableció ciertos paralelismos con su inventado Yuggoth, un planeta en los límites del Sistema Solar habitado por la colonia de los seres conocidos como Mi-Go. También le interesaban las expediciones a los últimos confines del planeta como demostró en En las montañas de la locura, donde narra una expedición a la Antártida.

Astounding Stories de H. P. Lovecraft

Otro elemento característico de los relatos de Lovecraft es la existencia de libros con un saber prohibido. El paradigma es el célebre Necronomicón, escrito por el árabe loco Abdul Alhazred. Toda la historia es invención del autor pero algunos han creído que llegó a existir, debido al extenso trasfondo que lo rodea.

Además de causar cierta fascinación por ser una de las referencias para el guión de la primera temporada de True Detective (2014), el conjunto de relatos El rey de Amarillo (1895) de Robert William Chambers sirvió para inspirar el Necronomicón, al hacer referencia a un libro que también podía volver loco a quien lo leyera.

Lovecraft nunca ordenó esta mitología. De ello se encargó uno de los miembros de su Círculo, August Derleth. HPL reconocía que había un eje motor en su obra: “todos mis relatos, por muy distintos que sean entre sí, se basan en la idea central de que antaño nuestro mundo fue poblado por otras razas que, por practicar la magia negra, perdieron sus conquistas y fueron expulsados, pero viven en el exterior, dispuestas en todo momento a volver a apoderarse de la Tierra”. Pero ni en los Mitos ni en el Ciclo Onírico hizo un esfuerzo por ordenar sus mundos. De ahí que los estudiosos incluso discutan sobre qué relatos incluir en cada serie.

El Lovecraft country

Pero para comprender bien de donde vienen las historias de Lovecraft no hay que quedarse solo en sus referentes literarios. El dibujo se completa con el paisaje de su Nueva Inglaterra natal que él moldeó a su voluntad para adaptarlo a sus ideas y a lo qué quería contar. Combina espacios reales y ficticios. Si acercamos el zoom vemos que suele preferir el estado de Massachussets, y si aún detallamos más el recorrido entramos en los espacios de ficción como el condado de Miskatonic, o las localizaciones inventadas de Arkham, Innsmouth o Dunwich.


Lovecraft nos da una visión con dos caras de Nueva Inglaterra. Por un lado la utiliza para evocar su idealizada época colonial británica. Una manera de mantener el recuerdo de las raíces inglesas que tanto le habían inculcado sus padres. Conviene recordar que el de Providence se refería a la Declaración de Independencia de Estados Unidos y la consiguiente guerra contra Gran Bretaña como “el Cisma de 1776”.

Esta obsesión de Lovecraft por un pasado que consideraba más puro, y el haberse criado en un ambiente tan conservador le han valido muchas acusaciones de racista. Algunos de los textos que escribió con referencias a razas generadas apuntan a ello, e incluso expresó una admiración pasajera por Hitler (aunque luego renegó de él).  Pero también da otra cara de esa Nueva Inglaterra que alberga comunidades que habían quedado aisladas en bosques, y valles entre colinas con paisajes amenazantes, y que se habían dado a relaciones incestuosas que han propiciado una degeneración de sus linajes. El ejemplo paradigmático de esta visión es el relato El horror de Dunwich.

Lovecraft utilizó por primera vez un lugar ficticio de Nueva Inglaterra en El viejo terrible en 1920. Kingsport y Arkham aparecen en El grabado de la casa (1921) y la primera vez que se menciona la Universidad de Miskatonic fue en Herbert West, reanimador (1922), que inspiraría la popular película Re-Animator (1985).

Caratula de la película Reanimator

Desde Poe a sus contemporáneos como Robert E. Howard, la influencia que recibió Lovecraft fue muy variada. Supo recoger una serie de elementos ya existentes en el terror, pero combinándolos para darle un nuevo barniz y acabar configurando un universo de seres Primigenios y otras grandes entidades donde la Humanidad es un actor insignificante.

Pese a ser un referente actual, Lovecraft no conoció la fama en vida. Serían los miembros de su Círculo quienes dieron difusión a sus obras y se acabarían popularizando y convertirse a su vez, y tal y como previamente le había pasado al propio HPL, en influencias para la literatura, el cine, los comics o los videojuegos.